En los tiempos de crisis económica que vivimos resulta muy fácil endeudarse, ya sea a nivel personal o a nivel empresa. Se considera que una deuda es grande cuando supera el 30% de los ingresos totales de un individuo o empresa. Siempre que nos endeudamos lo hacemos con mucha velocidad, en cambio, el proceso de reducir las deudas es lento, complejo y muy duro.
En el caso de una empresa, existen varios pasos a seguir:
1. Identificar el impacto de la crisis en el negocio, las causas que están afectando directamente el negocio. Tratar de determinar la sensibilidad de sus clientes al precio y la lealtad a su producto o servicio, debe tratar de adelantarse a los movimientos de sus competidores y debe determinar cuáles son sus verdaderas fortalezas, si las tiene, para poder hacer uso efectivo de las mismas.
2. Identificar productos y clientes rentables, es decir, optimizar recursos. Este análisis llevará finalmente a tomar una decisión que puede incluir aumentos de precios, reducción de costos, renegociación de contratos y en algunos casos la dura decisión de retirarlos de su portafolio. Buscar más clientes y más oportunidades de negocio.
3. Disminuir el capital de trabajo al mínimo y concentrarse en el efectivo, ofreciendo descuentos por pago de contado o anticipado, incentivando al equipo de ventas al pago en efectivo de la venta, no anticipando pagos a los proveedores y manteniendo los inventarios en niveles mínimos.
4. Controlar los costos: La reducción de costos debe realizarse de tal forma que no afecte la buena marcha del negocio. A largo plazo, la reducción de costos implicará disminuir el punto de equilibrio del negocio tan bajo como sea posible, haciendo variables a los costos fijos para reducir al mínimo la vulnerabilidad ante una crisis.
5. Evaluar y ajustar la nómina: La forma más rápida de reducir costos es congelar el reclutamiento del personal y someter a riguroso escrutinio las contrataciones necesarias. Prescindir de personal que no es necesario y redistribuir inteligentemente el trabajo, de manera que se siga haciendo lo mismo pero con menos personal.
6. Elaborar un análisis de las deudas: Realizar un análisis completo de las deudas y tener muy claro el monto del pasivo real para poder proyectar un plan realista.
7. Revisar la carga tributaria: tratar de reducir o minimizar la carga tributaria, asegurándose que todas las deducciones disponibles estén siendo utilizadas.
8. Negociar con los acreedores: muchos de los acreedores estarán dispuestos a reacondicionar la deuda, especialmente aquellos a los que se les deben sumas más grandes.
9. No intente saldar una deuda con otra: Aún en tiempos de crisis existe financiamiento disponible para las compañías que tengan una fuerte capacidad de generación de efectivo, pero recuerde que esto se le puede convertir en una bola de nieve peor.
10. Cambiar el rumbo de la empresa: es una opción que en ultimas se debe contemplar, en especial cuando las condiciones del mercado han cambiado, las condiciones actuales del negocio han variado y si las posibilidades de continuar operando saludablemente son lejanas. Se debe considerar un cambio de dirección, ya sea que se consideren otras líneas de producto, otra clase de negocio o una empresa nueva. De cualquier manera, se debe cumplir con las obligaciones adquiridas, para poder con calma hacer después los cambios necesarios y convenientes al negocio.
Es de vital importancia mantener a los accionistas de la empresa informados de la situación por la que se encuentra pasando la empresa, sobre las amenazas y las oportunidades que una crisis brinda al negocio y las acciones que se están tomando para manejarlas. La comunicación en tiempos de crisis más que nunca es esencial.
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